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Recuerdos e Historias

Entre saberes y distancias: medicina y cuidado fuera de los grandes centros

  • ccconservacao
  • 13 oct
  • 7 Min. de lectura

Documentos con Historia

Para completar la historia sobre un manuscrito y un acta de examen desarrollada en publicaciones anteriores de la serie Documentos con Historia, sigo ahora las huellas dejadas en un libro manuscrito de medicina del siglo XIX para reconstruir una pequeña genealogía de practicantes vinculados a la zona de Coimbra. Mientras unos se formaron en la universidad, otros heredaron saberes transmitidos por el deseo de compartir más allá de la academia, tendiendo puentes con la medicina ejercida fuera de los grandes centros urbanos, en este caso en el interior del Alentejo. No se trata de vínculos directos ni de herencias trazadas con certeza, sino de afinidades: tres médicos, tres épocas y un mismo compromiso con el saber como forma de cuidado y con la medicina como gesto de proximidad.


Atraviesan casi dos siglos. João Lopes de Morais (1783–1860), profesor en Coimbra y autor del manuscrito, dictó el texto en 1830 mientras estaba preso por motivos políticos. João Maria Porto (1891–1967), natural de Nisa, en el Alentejo, hijo de un barbero, llegó a ser médico no sin dificultad, pero su intelecto lo llevó a ocupar el cargo de director de la Facultad de Medicina de Coimbra. Consciente de su responsabilidad social, fundó instituciones con vocación solidaria y mantuvo un estrecho vínculo con la realidad médica del interior del país. José Rodrigues Estrela (1906–1999), también formado en Coimbra, fue alumno de João Porto; animado por él, ejerció toda su vida como médico rural en el Alentejo.

La historia de estos tres hombres se entrecruza aquí como testimonio de una medicina hecha de proximidad, responsabilidad y continuidad.


Imagen de la parte superior de la primera página con la identificación del libro y su autor.
Imagen de la parte superior de la primera página con la identificación del libro y su autor.

En el libro conservado, una copia fechada en 1855, encontramos una hoja suelta con un acta de examen de sangría de 1844. El propietario de esta copia era un barbero sangrador de Vaiamonte, hijo del examinado en el acta. Ya en la década de 1930, el manuscrito llegó a manos del doctor Estrela, posiblemente a través de su relación con el doctor Porto, quien lo animó a regresar al Alentejo. El documento fue hallado y guardado por el doctor Estrela hasta nuestros días.

En algunos documentos conservados hay una memoria silenciosa que atraviesa las décadas: un nombre escrito en la guarda, una nota suelta, una inscripción en una letra diferente del cuerpo del texto. Aunque desactualizado desde el punto de vista científico, el manuscrito conserva un valor esencial: el de testimoniar la transmisión de saberes, de generación en generación, de mano en mano.


João Lopes de Morais (1783–1860): Enseñar incluso en prisión

Profesor de Medicina en la Universidad de Coimbra, liberal, masón y opositor al régimen miguelista, João Lopes de Morais fue encarcelado por motivos ideológicos y religiosos.

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Mientras estaba en la Prisión de la Plaza de Almeida, entre 1829 y 1830, dictó un Esbozo de la práctica médica a algunos curiosos que lo acompañaban. El resultado fue un pequeño manual escrito en portugués sencillo (cuando los libros de medicina se escribían todavía en latín), destinado a barberos sangradores y cirujanos empíricos, donde describe el tratamiento de las enfermedades más comunes, basándose en la observación y la experiencia.

“Huye de las causas para evitar las enfermedades; disfruta con moderación y sufre con paciencia, porque serás sano.” (Esboço da prática médica, 1855)

La copia que ha llegado hasta mí fue realizada en Cabeço de Vide, en 1855, y presenta indicios de uso por parte de barberos sangradores de la región.


João Maria Porto (1891–1967): medicina social com raíces en el interior

Dr. João Porto
Dr. João Porto

Nacido en Nisa, en el Alto Alentejo, João Maria Porto se licenció en Medicina en la Universidad de Coimbra en 1919. Su trayectoria como profesor universitario, pionero de la electrocardiografía y director de los Hospitales de la Universidad de Coimbra estuvo marcada por un fuerte compromiso con la medicina social y con la realidad sanitaria del interior del país. Fundó el Centro Médico-Social de Coimbra y el Instituto de Cardiología Social, fue diputado por el distrito de Portalegre y nunca perdió el contacto con sus orígenes.


Hijo de un barbero, conocía bien el peso de las distancias en el acceso al conocimiento, a la formación y a la salud. Su práctica estuvo guiada por una visión moderna de la medicina, pero siempre con una mirada atenta hacia las comunidades. Fue mentor de las generaciones que le siguieron. En varias localidades de Portugal –entre ellas Fronteira– aún hoy existen calles que llevan su nombre. Apoyó a médicos más jóvenes, entre ellos el doctor Estrela.


José Rodrigues Estrela (1906–1999): el médico de Vaiamonte y Fronteira

Natural de Cabeço de Vide, el doctor Estrela estudió Medicina en Coimbra y regresó al Alentejo como médico. Ejerció en Vale de Maceiras, Vaiamonte y Fronteira, donde más tarde sería Delegado de Salud. Fue acogido y alentado por el doctor João Porto, quien le ofreció su propia casa para que pudiera establecerse en Fronteira.

José Rodrigues Estrela, estudiante en Coimbra
José Rodrigues Estrela, estudiante en Coimbra

Hombre cercano a la comunidad, era conocido por estar siempre disponible: a cualquier hora del día o de la noche llamaban a su puerta para avisarle. Y él acudía. Con un profundo sentido del deber, acompañó a generaciones de habitantes de la región, convirtiéndose en una figura presente en la memoria local.


El libro manuscrito del doctor Lopes de Morais llegó a mis manos a través del doctor Estrela. No sabemos con certeza si lo heredó al llegar a Fronteira junto con la casa y otros libros del doctor João Porto, o si había permanecido en Vaiamonte desde su copia de 1855, pasando de un profesional de la salud a otro, de barbero sangrador a médico. Pero sí sabemos que fue guardado, valorado y conservado, no como una curiosidad, sino como un libro de trabajo.


Barberos Sangradores de Vaiamonte

Además de los tres médicos formados en la universidad, también es importante reconocer el papel de quienes utilizaron este libro en su trabajo cotidiano. Entre los nombres asociados al volumen destaca el de João António Pereira (1823–1888), identificado en la hoja de guarda como “barbero sangrador en Vaiamonte”. La presencia de su nombre, junto con la indicación del lugar y la fecha en que se copió el libro –Cabeço de Vide, 1855– y la calidad de la caligrafía manuscrita, son testimonios concretos del lugar que estos profesionales ocupaban en la sociedad y en la atención sanitaria de las comunidades locales.


El volumen está anotado, presenta marcas visibles de uso, y entre sus páginas se encontró un acta de examen de 1844 perteneciente a otro barbero sangrador de Vaiamonte, Francisco António Pereira (1793–1847). La coincidencia de nombres y lugar llevó a consultar los registros parroquiales, que confirmaron la relación: Francisco era el padre de João. Ambos eran naturales de Campelo (Figueiró dos Vinhos), región perteneciente al distrito de Coimbra, pero ya residían en el Alentejo a mediados del siglo XIX. En este caso, es posible seguir con claridad la transmisión de saberes, instrumentos y responsabilidades de padre a hijo, en una línea de barberos sangradores que se consolidó en un territorio alejado de los centros de formación.


Prueba de la importancia personal y profesional de este manuscrito en la vida de João António Pereira es el hecho de que, en la misma hoja de guarda, más abajo, anotó a mano la fecha de la muerte de su esposa, Mariana do Carmo Soeiro, en 1874 –dato que los registros parroquiales completan y confirman. La coexistencia de conocimiento técnico, memoria familiar y práctica profesional convierte este libro en un objeto profundamente arraigado en la vida de quien lo utilizó. Y es precisamente esta circulación fuera de la academia, entre familias, territorios y generaciones, la que refuerza su valor documental, simbólico e histórico.

Imagen de la inscripción en la guarda que identifica el libro como de Antonio Pereira y la fecha de 1855 y una nota con la fecha de la muerte de su esposa, en 1874.
Inscripción en la hoja de guarda que identifica el libro como propiedad de João António Pereira, con una nota manuscrita que registra la fecha de la muerte de su esposa.

Líneas que se cruzan: cuidar, enseñar, compartir

Entre estos tres médicos no existe una línea genealógica formal, pero sí una coherencia de gestos: enseñar más allá de la academia, acercar la medicina a las comunidades, respetar los saberes locales y creer que el conocimiento debe circular. João Lopes de Morais escribió para los prácticos; João Maria Porto fundó instituciones para democratizar el acceso; José Estrela ejerció en una región olvidada, entre aldeas distantes y poblaciones sin acceso regular a la atención médica.


A esta continuidad profesional se suma, de forma distinta, la línea familiar de los barberos sangradores João y Francisco António Pereira. A diferencia de los médicos formados en la universidad, aquí el saber se transmite de padre a hijo, a través de la práctica, la observación y la transmisión oral y manuscrita. También ellos contribuyeron a la circulación y preservación del manuscrito, garantizando que el conocimiento se mantuviera vivo, útil y cercano a quienes lo necesitaban.


La forma en que el libro sobrevivió entre todos ellos –ya sea por afinidad profesional o por herencia directa– constituye en sí misma un caso ejemplar de transmisión del saber. No solo del conocimiento técnico de la medicina, sino del saber mayor de quienes cuidan, enseñan y permanecen.


Conservar también es reconocer

En mi trabajo como conservadora-restauradora, dar a conocer forma parte del acto de cuidar. Este manuscrito de medicina me fue confiado no solo como objeto material, sino como fragmento de historia, como testimonio de relaciones, de circulación y de memoria.


El gesto de conservar el libro, incluso cuando su contenido ya había sido superado por la modernidad, es en sí mismo una forma de reconocimiento. Compartirlo es, por tanto, también un gesto de continuidad. Al reunir a estas figuras –Morais, Porto, Estrela y los barberos sangradores de la familia Pereira– no pretendo trazar una genealogía cerrada, sino recuperar una idea de la medicina que se extiende en el tiempo y en el territorio: hecha de saberes compartidos, entre la enseñanza formal y la experiencia práctica, entre la universidad y la vida cotidiana de las pequeñas localidades del interior.


Porque lo que se conserva con sentido, permanece. Y porque conservar también es reconocer a quienes, con los medios de su tiempo, buscaron transmitir el saber.


Arquivo Distrital de Portalegre. (1888). Óbitos Sto. António de Vaiamonte: Registo de óbito de João António Pereira, p.10 [Imagem digital]. Digitarq. https://digitarq.arquivos.pt/fileViewer/6c2d2edaff8b488fb0e88fd16a622b16?isRepresentation=false&selectedFile=47523745&fileType=IMAGE

Arquivo Distrital de Portalegre. (1837-1859). Óbitos Parochiannos Sto. António de Vaia-monte: Registo de óbito de Francisco António Pereira, p.61 [Imagem digital]. Digitarq. https://digitarq.arquivos.pt/fileViewer/8f33680ef1f4499a9c354ae4f6b46f6f?isRepresentation=false&selectedFile=47523315&fileType=IMAGE

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